
Abrí los ojos y fue cuando la oscuridad me inundo todo hasta lo que sentía en mi interior, pude sentirme miserable, pero no, quizás sentirme sola... pero tampoco. Era justo el momento en la noche donde no sabes que hay allá afuera, donde el silencio reina y comienzas a descubrir tus temores uno a uno, pasar por delante de tus ojos...
¿A caso le puedo temer a nada? en realidad es casi imposible que ocurra todo eso... si muy imposible, claro que le temo a algo pero ¿a que?...
Volví abrir los ojos pero esta vez ya no había oscuridad sino aquella luz, que te deja ciego, todo era muy brillante pero seguía estando ahí en la nada...
fue cuando descubrí que estaba en la entrada de mi imaginación... una puerta te lleva a lo maravilloso y la otra a lo tenebroso ¿cual elegirás tu?